jueves, 18 de noviembre de 2010

ENTRAR AL ECuNHi

Se daba seguido, los domingos soleados íbamos a la costanera al lado de aeroparque  a ver a los aviones. Papa nos levantaba, armaba la viandita, y arrancábamos con el Fiat 147 cremita, modelo 92. El recorrido era siempre el mismo,  cantábamos o hablábamos de algo animadamente. Pero estaba siempre ese momento en el que todos nos callábamos y mi hermana o yo preguntábamos más acerca de ese lugar del que algo sabíamos. Era la única parte del recorrido que el día se nublaba, que no tenía la alegría de momentos anteriores y posteriores.
Después de 15 años tuve que entrar, nunca dejó de ser el lugar que me nublaba los días soleados. Mi respeto hacia la ESMA es enorme, respeto por la carga simbólica que contiene ese predio, el cual fue el campo de detención, tortura y exterminio por excelencia de la, por suerte, última dictadura cívico militar que sufrimos los Argentinos.
Crucé el portón de hierro,  solo quince pasos me bastaron para encontrar esas sensaciones que me invadieron desde pequeño, en parte porque los arboles me taparon el sol del día hermoso que hacía. Pero también el silencio, esa ciudad que andaba bulliciosa a mis espaldas se apagó, quedé solo  caminando pausadamente por las calles en aquel lugar que me pareció, de principio, tenebroso.
Cada paso que daba, más emociones me recorrían. Ver los edificios con sus amplias aberturas, me llevaron a recorrer historia que alguna vez  tuve la posibilidad de leer, en el Nunca Más y otros escritos. Por mi cabeza pasaban gritos, ruidos de coches, voces de mandos militares, ráfaga de tiros de metralla, pisadas de botas. Pensamientos en tonos sepia, terroríficos.
Sin darme cuenta llegué, y allí estaba el estandarte con el característico pañuelo de las madres, el cual carga con miles de significaciones, de lucha inquebrantable, de paz, de amor. De repente el tono sepia desapareció, el sol volvió a salir, ahora escuchaba los pájaros. Me di cuenta que una batalla mas estábamos ganando, la batalla de los símbolos.

Julián Perruccio
Taller Crónica Periodística ECuNHi

No hay comentarios:

Publicar un comentario